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© WWF

Alimentos: Aliados de la agricultura

Con este proyecto buscamos recuperar a los aliados naturales de la agricultura.

Los agricultores y agricultoras de todo el planeta invierten cada año ingentes recursos para tratar de combatir las plagas que atacan sus cultivos. El uso masivo de agroquímicos como herbicidas, insecticidas o rodenticidas del modelo agroindustrial predominante, supone un enorme coste, tanto para el bolsillo de los productores y productoras como para el medio ambiente y la sociedad: por la contaminación de la tierra y el agua y por sus impactos sobre la salud y la vida silvestre. 

Sin embargo, el problema no ha hecho más que agravarse, en parte porque los plaguicidas y la intensificación de la agricultura ha acabado con los depredadores naturales de las plagas, desde las aves rapaces a minúsculos insectos beneficiosos. También están en declive los polinizadores, que prestan otro servicio insustituible a la agricultura. Se calcula que casi tres cuartas partes de los cultivos del planeta dependen, al menos en parte, de los polinizadores silvestres.

Nos encontramos en un momento histórico para devolver a la naturaleza el sitio que le corresponde, reivindicando su papel insustituible y gratuito como aliada de agricultores y agricultoras en la producción de alimentos sanos y de calidad. El Pacto Verde Europeo, incluidas las Estrategias de la Granja a la mesa y de Biodiversidad para 2030, apuestan por esta producción agroecológica en la que la fauna silvestre juega un papel clave, tanto para acabar con los productos sintéticos en la agricultura, como para volver a llenar los campos de vida. 

Es el momento de los aliados naturales de la agricultura: toda una comunidad de vida que puede devolver el equilibrio y la salud a nuestros campos. 

Plaguicidas naturales y gratuitos: superhéroes y heroínas para la agricultura

A la hora de controlar las plagas agrícolas, no hay nada que iguale la eficacia de la naturaleza. Rapaces a la caza de topillos, aves insectívoras devorando orugas, un erizo o un sapo comiendo caracoles en una huerta, o una patrulla de mariquitas limpiando de pulgones cualquier plantación. 

Por ejemplo, instalar cajas nido de rapaces para mantener a raya las plagas de roedores cuesta 20 veces menos que utilizar rodenticidas, tratamientos químicos que además en muchos casos son ineficaces.

Estos son solo algunos ejemplos simbólicos de esos “superhéroes y superheroínas naturales” que pueden ayudar en su día a día a los agricultores, luchando por tierra, agua y aire contra las plagas.

¿Por qué es bueno para ti, agricultor/a?

Recuperar y potenciar la biodiversidad en los campos es más barato que usar plaguicidas, y un modo de adaptarse al futuro:

  • Por la creciente demanda de alimentos respetuosos con la naturaleza y la salud.

  • Por las cada vez mayores exigencias para recibir fondos públicos en materia de uso sostenible de plaguicidas.

  • Por la corriente de cambio que llega de Bruselas: de hecho, la Comisión Europea ha planteado en su Estrategia del Campo a la Mesa el objetivo de reducir a la mitad el uso de plaguicidas químicos de cara a 2030 para proteger a los polinizadores, vitales para la producción de alimentos.

¿QUIERES CONVERTIR TU FINCA EN UN VERGEL?

DESCUBRE NUESTROS PROYECTOS Y MANUALES 

Desde WWF desarrollamos proyectos sobre el terreno para recuperar la biodiversidad en los campos y promover el control natural de plagas en agricultura, desde los olivares de montaña de Sierra Morena a las llanuras cerealistas de Castilla, pasando por los viñedos manchegos o los cítricos de Andalucía. Colaboramos con agricultores que hacen las cosas de un modo diferente, mostrando que trabajar con la naturaleza es mucho más rentable y eficaz que ir contra ella.

La clave está en integrar la naturaleza en las fincas

En este video, te dejamos las claves para convertir tu finca agrícola en un vergel.

Los aliados de la agricultura necesitan su espacio dentro de las fincas, lugares donde puedan criar o refugiarse. Un campo de cultivo donde no haya espacio para la naturaleza es un desierto de vida a merced de las plagas. 
Árboles, setos vivos, lindes, cubiertas vegetales, muretes tradicionales de piedra seca, instalación de cajas nidos y posaderos para rapaces o charcas, son algunos de los elementos del paisaje que pueden mantenerse o recuperarse para favorecer a la fauna auxiliar. También es vital recuperar la conectividad en el paisaje agrícola, creando corredores ecológicos en las fincas para beneficiar a la biodiversidad y permitir el movimiento de la fauna.

En su Estrategia de Biodiversidad para 2030, la Comisión Europea ha planteado la meta de que un 10% de todo el espacio agrícola se deje para la naturaleza, para preservar los insustituibles servicios que presta la biodiversidad. 

Manuales:

Infraestructuras verdes que dan refugio a la fauna silvestre:

Estos son algunos ejemplos de infraestructuras verdes que dan refugio a la fauna silvestre en las fincas, y técnicas para fomentar a los aliados naturales de la agricultura. Pincha en las imágenes para saber más:

 

© Fundacion FIRE
SETOS VIVOS
Una de las medidas más eficaces es la creación de “setos vivos” en lugares estratégicos de las fincas: una hilera de árboles y arbustos autóctonos para dar cobijo a insectos auxiliares y otra fauna útil, que además reduce la erosión, protege contra el viento, y sirve como corredores ecológicos. 
© Jorge Sierra / WWF
Cubiertas vegetales
Pocas cosas le sientan tan bien al suelo como recuperar las cubiertas vegetales en los cultivos leñosos. No sólo reducen la erosión, aportan nutrientes a los cultivos y ayudan a retener el agua de lluvia: bien manejadas, también son muy beneficiosas para la fauna, como los polinizadores o los insectos depredadores de plagas.
© Trenca
Muros de piedra seca
Conservar o recuperar los tradicionales muretes de piedra seca ayuda a los reptiles e insectos depredadores de plagas, que encuentran un escondite perfecto entre sus grietas. Otros animales más grandes, como murciélagos o rapaces, anidan en construcciones tradicionales como pallozas, chozos, o teitos, que pueden restaurarse para favorecerlas. También es muy útil crear repartir pequeñas rocallas por las fincas, con la piedra extraída de las tierras de labor. En la foto, los olivares de montaña de la Asociación Trenca en Les Garrigues (Lleida), cultivados en terrazas de piedra seca. 
© Jesus Quintano / WWF
Respetar las lindes
Dejar de aplicar herbicidas en las lindes de las fincas supone un importante ahorro para el agricultor, en tiempo y dinero, pero también un enorme beneficio para la biodiversidad: son un gran refugio para insectos depredadores y para los polinizadores naturales. A pesar del mito, la gran mayoría de las lindes de las fincas no atraen insectos plaga, solo auxiliares o insectos neutros, de ahí que no tenga sentido el abuso de herbicidas ni su quema.
© Grefa
Cajas nido:
La instalación de una caja nido para cernícalos o lechuzas, voraces depredadores de roedores, supone una inversión inicial de unos 50 euros y cubre unas cinco hectáreas de cultivo, con una duración de hasta quince años. Los costes de aplicar rodenticidas (que además, son ineficaces y pueden tener graves efectos colaterales) pueden ser hasta 20 veces superiores. El trabajo de GREFA con este peculiar sistema en Castilla y León para controlar poblaciones de topillo campesino es un magnífico ejemplo de lucha biológica.
© Jesus Quintano / WWF
No molestar, fauna silvestre trabajando
Muchas veces, para favorecer la biodiversidad en las fincas no hay que hacer nada, tan solo no molestar. Por ejemplo, respetar los puntos de agua que necesitan para reproducirse es un gran modo de ayudar a los anfibios. Humildes charcas temporales como la de la foto, en una plantación de cítricos, son suficientes para acoger a una nueva generación de sapo corredor.
© Jesus Quintano / WWF
Balsas de riego naturalizadas
Este zampullín solo tardó unos días en instalarse en una isla artificial colocada en una balsa de riego, en una finca del valle del Guadalquivir. Las balsas agrícolas se pueden convertir en un refugio para las aves acuáticas tomando medidas tan sencillas como plantar vegetación en sus bordes, dejar de aplicar herbicidas o crear pequeñas islas. También se pueden adaptar fácilmente para ayudar a los anfibios y a otros animales, asegurando que puedan entrar y salir sin quedar atrapados en ellas
© Jesus Quintano / WWF
Una pequeña ayuda para los polinizadores
La abeja de la miel (Apis mellifera) es la más famosa, pero hay más de 1.100 especies de abeja diferentes en la península ibérica, vitales para la polinización de los cultivos. Podemos echarles una mano reduciendo el uso de plaguicidas, e instalando refugios (como un tronco con pequeños agujeros) en los cultivos, como este “hotel” para abejas solitarias.  
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