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La Taxonomía es un instrumento que tiene como objetivo establecer los criterios para clasificar si una actividad económica es ambientalmente sostenible, a efectos de que los participantes en los mercados financieros y las empresas, puedan identificar el grado de sostenibilidad de una inversión.
No al greenwashing del gas y nuclear en Europa
Ahora más que nunca no podemos permitir seguir apoyando las energias contaminantes. La emergencia climática, la guerra de Ucrania y la subida vertiginosa del precio del gas dejan claro que debemos cambiar urgentemente a fuentes de energía limpias, baratas, abundantes y locales.
Y sin embargo, el día 6 de julio de 2022, el Parlamento europeo ha dado luz verde a que la Taxonomía considere el gas y la energía nuclear como "verdes", a pesar de las elevadas emisiones del gas natural y de los residuos radiactivos producidos por la energía nuclear.
Con esta decisión, se corre el riesgo de canalizar miles de millones de euros de inversiones hacia estas fuentes de energía perjudiciales para el Planeta y alejarlas de las renovables, realmente sostenibles, como la eólica y la solar.
Los lobbies del gas y la energía nuclear se han llevado el ‘premio gordo’, permitiendo desviar miles de millones de inversiones que son muy necesarias para garantizar la transición climática.
Creemos que esta votación es incompatible con el reglamento de la Taxonomía. De hecho, el artículo 19 de la Taxonomía de la UE exige que sus criterios se basen en la ciencia, que no den un trato especial a determinadas tecnologías y sean fácilmente verificables. Sin embargo, los criterios sobre el gas del nuevo acto delegado incumplen cada uno de estos requisitos y, por lo tanto, son incoherentes con el reglamento de la Taxonomía.
Hemos iniciado acciones legales a través de una solicitud de revisión interna, un mecanismo abierto ahora para el uso de las ONG y el público después de una importante reforma de las leyes de acceso a la justicia de la Unión Europea el año pasado. Reclamamos a la Comisión Europea que derogue el Acto Delegado Complementario. La Comisión Europea tiene 22 semanas para responder. Si la Comisión lo rechaza, podremos pedir al Tribunal de Justicia de la Unión Europea que se pronuncie al respecto.
Hacemos un llamamiento a las instituciones financieras para que no contaminen su financiación verde utilizando este acto delegado, y se nieguen a apoyar o comprar falsos bonos verdes que incluyan gas o energía nuclear, ya que el actual mercado mundial de bonos verdes excluye a ambos.
CINCO RAZONES PARA OPONERSE A LA INCLUSIÓN DEL GAS Y LA ENERGÍA NUCLEAR EN LA TAXONOMÍA DE LA UE
Según la Comisión Europea, la UE debe invertir 350.000 millones de euros más al año en esta década para alcanzar sus objetivos climáticos de 2030. Con este contexto, la Taxonomía de la UE se diseñó como un instrumento clave para guiar a los mercados privados hacia este objetivo, pero solo tendrá éxito si se basa en la ciencia y sigue el consejo de los expertos. Sin embargo, la Comisión propone clasificar el gas y la energía nuclear como inversiones "sostenibles" en un nuevo "Acto Delegado Complementario" de la Taxonomía. Esto podría desviar miles de millones de euros de las energías renovables y otras tecnologías verdes a los contaminantes combustibles fósiles y a la costosa, contaminante y lenta energía nuclear, lo que dificultaría el cumplimiento de los objetivos de la UE.
Además, la guerra en Ucrania, y la crisis de precios de la energía que está provocando, sitúa la Taxonomía de la UE en un contexto radicalmente nuevo. El gas se ha convertido ahora en una fuente de inseguridad energética y riesgo geopolítico europeo. Teniendo esto en cuenta, Europa tiene aún menos razones para etiquetar las nuevas plantas de gas como sostenibles. Asimismo, es importante recordar que la Taxonomía no bloquea ninguna inversión, ni obliga a nadie a invertir en nada: solo aclara qué inversiones son ambientalmente sostenibles.
A continuación, cinco razones por las que el Parlamento Europeo debe rechazar la inclusión del gas y la energía nuclear como sostenibles en el "Acto Delegado Complementario" de Taxonomía:
1. Se corre el riesgo de aumentar la dependencia de la UE de las importaciones de combustible ruso.
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La UE pretende reducir sus importaciones de combustibles fósiles rusos en dos tercios este año, según la comunicación RePowerEU publicada en marzo (2), y debe "deshacerse de su dependencia de los combustibles fósiles", según la Presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen (3).
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En una resolución casi unánime, el Parlamento Europeo pidió el pasado mes de abril (4) "un embargo total e inmediato de las importaciones rusas de petróleo, carbón, combustible nuclear y gas". La Taxonomía de la UE no debe socavar los esfuerzos de la UE para acabar con su dependencia energética canalizando inversiones en nuevas plantas de gas que solo aumentarán la demanda europea de gas, o promoviendo plantas nucleares, como la de Hanhikivi I (5) en Finlandia cuya construcción está prevista por Rosatom (la empresa estatal rusa), y las importaciones de uranio ruso que tienen que ser transportadas por aire a los Estados miembros (6).
2. No resolverá el problema de los precios altos de la energía.
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El Banco Central Europeo ha constatado que los precios del gas se multiplicaron por seis en 2021 y que el gas es un factor clave de la crisis de inflación. Junto con la reapertura de la economía tras la pandemia del coronavirus, "la inesperada evolución de los precios de la energía (...) provocó un aumento sin precedentes de la inflación"(7). Promover el gas en la Taxonomía de la UE no ayudará a solucionar el aumento de las facturas de gas de la ciudadanía. Hoy en día, los precios de las renovables son mucho más bajos que los del gas, por lo que la factura energética se beneficiará de una transición más rápida hacia la eficiencia energética y las energías renovables. La Taxonomía debe enviar una señal constructiva alineada con este objetivo.
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Las nuevas centrales nucleares tardan entre 15 y 20 años desde su planificación hasta su funcionamiento y se calcula que son 4 veces más caras que las nuevas centrales solares y la nueva energía eólica terrestre (8). Promover nuevas centrales de gas y nucleares no aportará ninguna solución a la crisis de los precios de la energía, por lo que las inversiones no deben desviarse de las renovables y la eficiencia energética hacia estas tecnologías.
3. El Parlamento Europeo ha sido excluido de este debate
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Los criterios finales del Acto Delegado Complementario fueron redactados, a puerta cerrada, por el gabinete de Ursula von der Leyen bajo una intensa presión de una coalición de Estados miembros (9). El Parlamento Europeo fue excluido por completo de estos debates, pero ahora se le pide que dé el visto bueno al acuerdo entre la Comisión y el Consejo. De hecho, el Parlamento pidió explícitamente a la Comisión que realizara una consulta pública y una evaluación de impacto sobre el Acto Delegado Complementario, como había hecho con el anterior acto delegado de la Taxonomía sobre las energías renovables (10). La Comisión ignoró esta petición. Solo por motivos institucionales, el Parlamento tiene razones de peso para rechazar el Acto Delegado Complementario.
4. Los inversores y los bancos lo han criticado por ser contraproducente.
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Etiquetar el gas y la energía nuclear como sostenibles sería contraproducente para los inversores y los bancos, que necesitan información fiable sobre el impacto ambiental de las actividades que consideran financiar. El actual mercado mundial de bonos verdes excluye el gas y la energía nuclear y la Taxonomía de la UE no debe quedarse atrás.
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No en vano, es significativo que muchos inversores, bancos y coaliciones de inversores, como la Federación Holandesa de Pensiones (11), la Alianza Bancaria Cero-Neto de Alemania (12), el Grupo de Inversores Institucionales sobre el Cambio Climático (13) (IIGCC), de 50 billones de dólares, y los Principios de la ONU para la Inversión Responsable (14) (UNPRI) hayan criticado las medidas para incluir uno o ambos en la Taxonomía. El Banco Europeo de Inversiones también condenó enérgicamente el Acto Delegado Complementario, y su presidente, Werner Hoyer, apuntó: "Si perdemos la confianza de los inversores por vender algo como un proyecto verde, que resulta ser lo contrario, entonces cortamos los pies que nos sostienen cuando se trata de financiar las actividades del banco” (15). El acto delegado complementario no debe socavar los intereses de los inversores y los bancos a los que se supone que la taxonomía debe ayudar.
5. Etiquetar el gas y la energía nuclear como verdes contradice el propio Reglamento de Taxonomía.
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El Reglamento de la Taxonomía, que es la ley que rige la Taxonomía de la UE, exige que sus criterios se basen en "pruebas científicas concluyentes" y que se mantenga la "neutralidad tecnológica", lo que significa que ninguna tecnología debe recibir un trato especial.
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Sin embargo, el Acto Delegado Complementario rompe estas reglas. En primer lugar, existen abundantes pruebas de que debemos utilizar menos combustibles fósiles, y ninguna prueba de que podamos almacenar permanentemente los residuos radiactivos. En segundo lugar, mientras que las normas estrictas para las renovables se aplican en 2022, las centrales de gas obtienen un límite de emisiones más alto hasta 2036 y las centrales nucleares pueden producir residuos altamente radiactivos hasta 2050, sin tener que encontrar una solución definitiva segura para su eliminación. Además, si una central de gas no cumple las normas de emisión en 2036, o una central nuclear no tiene solución para sus residuos en 2050, la única consecuencia es que pierde su etiqueta "verde", pero puede seguir contaminando como antes. Esto podría llevar a que se inviertan miles de millones de euros en proyectos sobre la base de una promesa verde que luego se rompe.